¿Por qué olvidaste al niño que llevas dentro?

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Es tan probable que hagamos daño al universo como que lo ayudemos, y seguramente no haremos ninguna de las dos cosas. JG


Tenemos una capacidad mental tan limitada que a duras penas si podemos creer en lo que tenemos frente a nuestros ojos. Y aún ni con eso basta.

En una película, la protagonista le decía que envidiaba a las personas que creían en Dios porque tenían algo en lo que creer. Bueno, qué tienes tú?




En este punto recuerdo la historia del sujeto que se encontró al principito en el desierto. Era tan sólo un niño cuando le arrebataron un sueño. Tuvo que buscar otro y seguir porque la vida no se detiene cada vez que te dan la espalda. Al contrario, parece avanzar más deprisa. 

Quizá y nuestra historia pueda asemejarse a la suya en algún momento.


Nos dicen que no. 

Nos dan la espalda. 

Y cuando más necesitamos de alguien, estamos solos. 

Aprendes entonces a vivir con esa soledad. Y eso está bien. El sujeto decidió ser piloto y voló un poco por todo el mundo pero nunca jamás olvidó ese sueño que permitió que alguien más destruyera.

Nunca he sido muy a fin con los niños pero en verdad logro admirarlos. Me entristece ver que algunos que son no parecen. Este último siglo ha traído tanto en sí de las personas mayores que aquellos que debieran estar jugando golosa, se encuentran dándole de comer a su mascota virtual. 

Pero en cambio me regocijo en descubrir a uno con canas. 

Envidio su capacidad de inventiva e imaginación. Esa curiosidad innata por conocer lo desconocido y esa inocencia pura a través de sus ojos. Lo que más me impresiona es que un niño no necesita ver para creer.

Una persona mayor decide creerle a los números, porque nunca se equivocan. A las pruebas, porque son tangibles. A una teoría, porque… bueno, no sé por qué. 


Concluyo entonces el facilismo. 

Es sencillo depositar nuestra confianza en algo que nuestros sentidos pueden percibir. Es demasiado fácil creer en estudios y estadísticas aún sin comprenderlas demasiado. Eso es lo fácil. Y si algo existe, tienen que existen argumentos. Y entonces, la incredulidad. Argumentos que no pasan de un papel. Razones que sin ojos no veríamos.

Somos una sociedad acomodada. No nos gusta creer que hay algo que nos sobrepasa por completo porque nos implica un esfuerzo y cualquier cosa es mejor que eso. Decidimos entonces comenzar a pensar y a estudiar sobre aquello, que aunque y también nos cueste algo de tiempo y unas cuantas canas, tenemos la certeza de que llegaremos a una conclusión verídica. Y eso nos reconforta y nos anima a seguir, aún y cuando ni toda una vida será suficiente.


Alerta de cliché:

Somos incapaces de ver con el corazón.

Y ya sé que suena a frase trillada y a que es lo que todo el mundo dice. Incluso el principito lo dice:

Lo esencial es invisible a los ojos.

La única verdad aquí es que es cierto. Me apenan estas personas que no pueden creer que siempre hay algo más. Que somos insignificantes pero a la vez muy valiosos. Y que logren vivir una vida sin toda esta "magia" (por llamarlo de algún modo) es triste.

Entonces sigue así.

Sigue creyendo que el universo nació debido a una explosión porque sería más fácil que creer que alguien que sobrepasa tus propios límites, lo creó.

Sigue creyendo que las estrellas son simples astros luminosos que están en el cielo porque sería más fácil que creer que cada una de ellas tiene un propósito especial.

Sigue creyendo que las casualidades existen porque sería más fácil que creer que todo está perfectamente condicionado a un plan ya predeterminado para ti.

Sigue creyendo que eres obra de la ciencia y de un par de células porque sería más fácil que creer que viniste a este mundo con un propósito y que sólo tu puedes decidir seguir ignorándolo.

Sigue creyendo que lo que no se puede comprobar con papel no es real, que no existe, porque sería más fácil que creer que lo existe no se puede explicar.

Sigue creyendo que te despiertas todo los días únicamente para seguir con tu rutina monótona y aburrida porque sería más fácil que creer que el don de la vida, cada que abres tus ojos, es un milagro que debes agradecer y compartir.

Sigue creyendo que toda la vida se basa en dinero y poder porque sería más fácil que creer que nuestra vida y todas las que habitan este mundo significan una sola cosa. Amor.

Así que sí.
Sigue así. 


Porque sólo se necesitan de valientes para regresar a ser niños. Y decidir creer que lo que sentimos es verdad. Que es eso que decidimos extinguir porque nos dieron la espalda cuando intentamos compartirlo. 

Mejor quédate así y vive una vida que no valdrá la pena haber vivido. Se nos pasa el tiempo pensando que queremos ser recordados, que queremos irnos de este mundo tras haber dejado un legado, haber dejado una huella. Olvidamos la esencia de la vida misma. Nos apoderamos de todo en un ridículo intento de sobrevivir a la muerte. Pero al final llega. ¿Y qué hiciste?

Todas las personas mayores han sido niños antes. (Pero pocos lo recuerdan.)

Llegó la hora de que me cuentes!

Por qué te dejaste llevar por la rutina?

¿Por qué olvidaste al niño que llevas dentro?

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