Sin encontrar razones ni objetivos.

Ahora, ¿por qué encontrarlos? ¿Por qué no hacerlos? Y nuevamente una razón que no aparece. Esa necedad de nosotros por encontrar motivos que nos convenzan. Motivos válidos como para permitirnos seguir con nuestra vida sabiendo por qué seguimos así y no lo hicimos diferente. 

¿Cuándo los propósitos empezaron a esconderse? ¿Lo hacen realmente? 

Intentar encontrar todos los significados de lo que nos pasa es tan imposible como absurdo. ¿Qué sentido tendría tener un libro que te cuente la historia de tu vida? Precisamente es esa incertidumbre la que nos hace levantarnos cada mañana y acostarnos cada noche. El no saber lo qué va a pasar.

Y entonces ¿por qué el miedo? No queremos luchar contra la corriente al tomar una decisión. No queremos buscar interrogar a Dios cada vez que algo no se acopla a nosotros. Pero entonces sientes que no estás bien. Que no está bien el que quieras algo que no es “bueno” para ti. Puede ser un simple juego de percepciones. De que lo bueno y lo malo es subjetivo. Te aferras en busca de respuestas. 

¿Qué decisión tomar?

¿Tienen que doler todas las decisiones importantes en la vida? 

¿O duelen las equivocadas? ¿O duelen las acertadas? ¿Quién determina eso? 

Puedes haberte equivocado una vez, ¿puede ser posible que lo hagas de nuevo? ¿Qué camino estás tomando? 

Y si resulta que era el erróneo, ¿existe la posibilidad de enmendar el error? ¿Tenemos segundas oportunidades? 

¿Y mientras tanto qué? 

¿Qué pasa mientras intentas descubrir si acertaste o no?

Bueno, pasan la vida, el tiempo y otro montón de cosas que ya no vuelven a ser iguales.

¿Puedes equivocarte y enmendar tu error y aprender de él y seguir de una forma totalmente diferente y mejor? Parece utopía. 

No quieres que todo vuelva a ser como antes. Y si es así, déjalo. Es completamente imposible. Lo único que permanece igual en el tiempo es el cambio. Puedes esperar algo mejor, algo peor, algo parecido y llegará.

Y quieres regresar el tiempo al momento exacto donde te equivocaste y hacerlo todo diferente.
Porque sí. Fue una decisión la que lo cambió todo. ¿Y qué si en este momento también te estás equivocando? ¿Cuánto tiempo debe pasar para que llegues al momento en que quieras regresar al ahora y cambiarlo todo?

Intentamos. Decidimos.

Puedes tener la suerte o la bendición de elegir la opción adecuada en tu primer intento. Pero seamos realistas, que eso no dura para siempre.