¿Por qué necesitas a alguien que sea testigo de tu vida?

10:00

La duración de una vida no es directamente proporcional a la felicidad en la misma.




Hay personas que pueden vivir largamente pero nunca encontraron la felicidad que se pasaron buscando toda la vida. Hay otras que logran terminar el viaje de la forma más extraordinaria: con gente que los acompañó en el camino.

Y de esta gente es que voy a hablar hoy.


Pasamos por diferentes etapas a lo largo de nuestro paso por esta tierra y así mismo lo hace cada persona que nos rodea. De repente nos encontramos el primer día de clases solos sin saber muy bien qué esperar de todos esos ojos que nos miran extraños. Entonces tenemos que hacerlo y con algo de esfuerzo, empezamos a interactuar para luego vernos rodeados de personas que tiempo después consideraremos amigos.

Sin embargo esta etapa no es para siempre y como todo en esta vida, se termina.
Lo que te resta esperar es haber hecho las cosas bien porque de ser así aún y cuando todo ha acabado, te encontrarás con esas personas a las que les diste un espacio en tu mundo.

Y un nuevo capítulo empieza y así el tiempo se te pasa.

Los lugares se vuelven desconocidos y los que estuvieron de paso, extraños. Pudiste convertirte (y con seguridad lo hiciste) en alguien de paso en la vida de otro alguien. Pero hubo personas que quedaron y que al día de hoy permanecen.

El tiempo puede ser subjetivo en estos asuntos.


Cuando fuimos pequeños bastó una hora de clase o un descanso. Desde entonces esta persona tiene y sabe más de ti que muchas otras.

Fuimos creciendo y bueno, fuimos complicando las cosas. Ahora ya no es tan así. Aunque hay algunos que lo logran. Simplemente nos fuimos decepcionando de las personas en las que confiamos y luego se fueron. Todos tenemos a alguien que lo fue todo en su momento pero que con el momento, se esfumó. Y empiezas a cuestionarte y te echas culpas innecesarias porque todavía no logras entender que ese es el sentido natural de la vida.

Pero quiero que te quede clara una cosa hoy:

Todo se acaba. Las personas se van. Y no hay nada que puedas hacer al respecto.


Ahí lo tienes. Ahora que ya lo sabes, acéptalo y aprende a darle una oportunidad a las personas que tienes cerca en este momento.

Esas que Dios va poniendo en tu vida para que le aporten algo de alguna manera y tú permanezcas en ellas incluso cuando ya no estén.

Y es que somos precisamente eso. Somos todas las personas que nos han traspasado.
Hay alguien para cada momento. Valora el hecho de tenerlos cerca. E intenta hacérselos saber a cada rato.

Pero ten cuidado, porque no se trata de ir por la vida haciendo “amigos de paso” y creer que eso es la felicidad. No hablo de cantidad sino de calidad. De las relaciones que logres hacer con cada persona y de la trascendencia que logren en ti.

Y claro que puede ser difícil cuando de repente te han defraudado o alguien traicionó tu confianza. Nos cuesta reponernos y volver a creer. Pero tenemos que hacerlo. No podemos perder de vista lo que pasa a nuestro alrededor por estar pensando en lo que ya pasó. Tienes que darle una oportunidad al futuro cada que te caes.

Vuelve a confiar. Necesitas hablar de lo que te pasa con alguien. Necesitas una persona que conozca quién eres debajo de las máscaras que, muchas veces por miedo a mostrarnos vulnerables, usamos. Necesitas una voz de apoyo y que alguien de vez en cuando te quite tus zapatos y se los ponga para que pueda entender por lo que estás pasando y por qué es tan importante lo que va a decir.

Sé agradecido con las personas que deciden confiar en ti. Y aunque no lo hacen por esperar nada a cambio, hazlo. Dales algo. Dales la confianza de conocerte. Porque de lo contrario y sin tú quererlo, pueden llegar a creer que te involucraste con ellos por saber de más sin llegar a nada bueno. Decide aparecer y así como das una mano permite que otros te la den a ti.

Deja de tener miedo a que te traicionen porque sería como tener miedo a la muerte sin llegar nunca a vivir. Nada es perfecto, acepta el hecho de que existe la incertidumbre y que con una persona la seguridad es utopía. De esa que sólo existe en el libro.

Aprende a escuchar pero también habla. Tienes cosas importantes que contarle al mundo. A ese mundo que está lleno de personas de las cuales hay un porcentaje dispuesto a escuchar. Tú sólo hazlo.

Arriesga porque no puedes mantener escondido para siempre lo que sientes. Aunque creas que sí.

Arriesga porque cada persona es diferente y así mismo será lo que te pueda quedar de ella.

Arriesga porque el que no lo hace no gana.


En definitiva existen personas con las cuales hay un antes y un después en ti. No pienses en lo que pudo haber pasado si nunca hubiera llegado porque la verdad, es que es lo único que estaba planeado para tu vida.

Eres lo que los demás dejan en ti. Eres quien recibe los comentarios buenos y los malos y los consejos y las burlas. Eres la mezcla de todo lo que has oído y visto. Eres con quien has compartido y con quién no.

Aprende y presta atención. Quizá logres ver más allá y escuchar sin que las palabras sean necesarias.

Así que sí.

Necesitas personas que sean testigos de todo lo que haces en tu vida porque es en ellos en quienes tú te quedas.

Pero no sólo tú.

Todos necesitamos testigos de nuestras vidas porque resulta que importan más cuando alguien está viendo. Y que significan más cuando aportan y le dan valor a este lugar donde vivimos.

A este mundo que no se cansa de preguntar por nosotros.

Entonces hazlo.

Respóndele.

Llegó la hora de que me cuentes!

Vivimos en sociedad. Estamos rodeados de personas durante toda nuestra vida... Ahora:

¿Por qué crees que necesitas a alguien que sea testigo de tu vida?



You Might Also Like

0 comentarios

Posts + Populares

Sígueme en Facebook

Estoy en Twitter